El peeling químico o exfoliación química consiste en la aplicación de un producto químico sobre la piel para eliminar total o parcialmente las capas superiores de la epidermis o dermis.

 

Se clasifican en superficiales (salicílico, glicólico, ácido tricloroacético...) medios (ácido tricloroacético 25-30%) y profundos (fenol).

 

Las usos de los peelings son muy variados, siendo la base para el tratamiento del rejuvenecimiento facial aunque también se utiliza otras patologías que van desde el acné hasta el precáncer cutáneo.

 

Las indicaciones de los peelings superficiales son el tratamiento de manchas oscuras de cara y manos (melasma, lentigos), acné con comedones, cicatrices superficiales de acné y la mejoría de la luminosidad, textura y tono general de la piel.

Las indicaciones de los peelings medios  son el daño solar (queratosis actínicas), reducción de arrugas superficiales, eliminación de manchas y mejoría de cicatrices profundas.